JESÚS TEMPLO DE DIOS

 

 

Reflexión. Tercer domingo de Cuaresma.

  

La Iglesia nos ha presentado la alianza que Dios ha hecho con los hombres.

Hoy vemos a Dios que ha sacado de Egipto a los israelitas. Los ha llevado al monte Sinaí para hacer con ellos una Alianza.

 

Éxodo 19, 6 Ustedes serán para mí un pueblo sagrado, un reino sacerdotal. Esto es lo que has de decir a los israelitas. 7 Moisés volvió, convocó a las autoridades del pueblo y les expuso todo lo que le había mandado el Señor.

8 Todo el pueblo a una respondió: Haremos cuanto dice el Señor.

 

Dios nos da los mandamientos. Dios es el Señor que nos sacó de Egipto y por eso hemos de descartar el culto a otros dioses. Debemos darle a Él el tiempo representado por el día de descanso. Dios es el primero y único. Pero también nosotros debemos amar a nuestros hermanos y no abusar de ellos. Hemos olvidado estas normas de vida que Dios nos ha dado y por eso nuestra sociedad, nuestras familias andan extraviados sin saber a dónde van. Es necesario decirle cada uno a Dios: Haré lo que tú me digas. No escucharé al demonio y al mundo malvado. Enseñaré a mis hijos el camino del Señor.


Lectura del libro del Éxodo 20,1-17.


El Señor pronunció las siguientes palabras: Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud.

No tendrás otros dioses frente a mí.

[No te harás ídolos -figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra -.No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso

No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor sin castigo quien pronuncie su nombre en falso.

Fíjate en el sábado para santificarlo.

[Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y lo que hay en ellos.

Y el séptimo día descansó; por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.]

Honra a tu padre y a tu madre: así se prolongarán tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.

No matarás.

No cometerás adulterio.

No robarás.

No darás testimonio falso contra tu prójimo.

No codiciarás los bienes de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni un buey, ni un asno, ni nada que sea de él.


SALMO RESPONSORIAL. -Sal 18,8.9.10.11


R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante.

R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.

R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila.


Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1,22-25.


Hermanos:

Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los griegos; pero para los llamados a Cristo -judíos o griegos-: fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.


San Pablo había estado en Atenas, la capital de la nación pues allí se triunfaba y Pablo predica con sermones triunfalistas y fracasó. Por eso se dirige a Corintio con otra forma de ver las cosas. No tiene pretensiones de triunfo. predica a Jesús en la humildad de la cruz, en la sabiduría de Dios y allí la gente le acoge y cree en Dos y se entrega a Él.

Los hombres buscamos la fama, el dinero, en sobresalir sobre los demás y creemos que estamos realizados. Buscamos en el estudio conseguir doctorados pues así somos más. Ser alguien. Pensamos que la cruz nos humilla, nos baja y somos menos que los demás.

Jesús se humilló y se hizo obediente hasta la muerte de Cruz. La cruz es lo más bajo que te podían dar para morir. No solo los dolores físicos sino el desprecio. Desde la cruz Jesús nos salva, nos da la verdadera ciencia de Dios, nos da la posibilidad de compartir con los demás. Dios nos pone a veces una enfermedad para que experimentemos nuestra nada y nos apoyemos en Dios.  Esta cruz nos lleva a estimar a los demás como superiores a nosotros mismos. Con la cruz sentimos que la fuerza de Dios está con nosotros y nos gloriamos en su amor.

Lectura del santo Evangelio según San Juan 2,13-25.


En aquel tiempo se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:

-Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: - ¿Qué signos nos muestras para obrar así?

Jesús contestó: -Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

Los judíos replicaron: -Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la Palabra que había dicho Jesús.

Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.


En el evangelio de san Juan 2, 13-25 vemos a Jesús en Jerusalén, donde está el templo de Dios. Quiere rezar porque allí se da la presencia de Dios, pero el templo está rodeado de negociantes, gente que vendían corderos destinados al sacrificio, también palomas. Otros cambiaban las monedas normales de dinero corriente, llenas de imágenes del César. Lo importante para esto es hacer negocios que llenaban las arcas de los jefes del pueblo.

Jesús, lleno del celo del Señor, -el celo del Señor me consume, – echa por tierra las monedas, saca los animales. El templo que es casa de oración, de mi Padre, se ha convertido en casa de negocios. Dios quiere que cada uno de nosotros se ofrezca a Dios para hacer su voluntad como lo está haciendo Jesús. No se haga lo que yo quiero sino lo que tú quieres. Pase de mí este cáliz, pero no se haga lo que yo quiero.

Romanos 12, 1 Ahora, hermanos, por la misericordia de Dios, los invito a ofrecerse como sacrificio vivo, santo, aceptable a Dios: éste es el verdadero culto.

Los judíos por no creer en Jesús, destruirán ese templo, que es símbolo del cuerpo de Jesús pero a los tres días resucitará. Este cuerpo estará lleno del Espíritu Santo que nos dará a nosotros para estar disponibles a Dios en el cumplimiento de su voluntad.

Por el bautismo hemos sido hechos templos del Espíritu santo. ¿Vivo consagrado a Dios o he profanado con mi pecado el templo de Jesús? ¿Escucho al Espíritu santo que he recibido en el Bautismo o me dejo guiar por los intereses del mundo? ¿Mi vida es casa de Dios-Padre donde se cultiva la oración? En la Eucaristía nosotros somos hechos templos del Espíritu santo pues allí morimos con Cristo para resucitar a nueva vida.

Para la oración de los fieles


  • Para que la Iglesia, con sus actuaciones liberadoras y de servicio a los pobres, demuestre que adora a Dios en espíritu y en verdad, y no al Dios dinero. Oremos.

  • Para que los derechos humanos no se queden en una hermosa declaración de buenas intenciones, sino que se respeten y sean tenidos en todos los pueblos como una norma fundamental de la convivencia humana. Oremos.

  • Para que el sostenimiento económico de la comunidad cristiana sea llevada por los mismos creyentes, con su propia contribución, y en todos los países la Iglesia sea independiente de rentas y de privilegios del Estado. Oremos.

  • Para que sean muchos los evangelizadores que, como san Pablo, se autofinancien con su propio trabajo, para que resplandezca siempre la evangelización como una tarea gratuita ajena a todo interés lucrativo. Oremos.

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