PRIMER DOMINGO DE Cuaresma
Reflexión.
Desde el pecado de Adán los hombres han experimentado el pecado que se ha difundido hacia todos, sólo se mantenía en la fidelidad a Dios Noe y sus familiares, en total 8 personas. Dios se arrepiente de haber creado a la humanidad y se le pase por la mente la destrucción. Manda a Noe que construya un arca donde pudieran estar esas personas y dos animales por especie de manea que puedan multiplicarse después. La gente se reía y se burlaba de Noe, pero él seguía siendo fiel a Dios. Llegó el momento en que Dios los pone a prueba con un diluvio que arrasaba todo y allí murieron todas aquellas personas que habían rechazado a Dios por ir detrás de los vicios.
Dios, sin embargo, tenía un corazón de misericordia y prepara un altar para hacer una alianza de manera que Él sería su Dios y Noé, su familia con los descendientes sería los que vivirían en esta alianza. No destruiré a la humanidad, había dicho Dios.
Hoy vemos que la gente se ha dejado llevar por los vicios y pecados. Ha abandonado a Dios, fuente de agua viva para irse detrás de los vanos ídolos de este mundo. Lo podemos ver en estos en que la gente no ha tenido miedo de ser cogido por los virus a pesar del peligro, pero son muchos los que han fallecido por esto. Es un aviso de Dios.
Lectura del libro del Génesis 9,8-15.
Dios dijo a Noé y a sus hijos:
-Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron, aves, ganado y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: El diluvio no volverá a destruir la vida ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.
Y Dios añadió:
-Esta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes.0
Salmo
R/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.
Señor,
enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas,
haz
que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y
Salvador.
R/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.
Recuerda,
Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas.
Acuérdate
de mí con misericordia, por tu bondad, Señor.
R/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.
El
Señor es bueno, es recto, y enseña el camino a los pecadores;
hace
caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los
humildes.
R/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza.
Pasaron miles de amor y Dios anuncia un salvador que viene a cargarse con nuestros pecados porque su amor y misericordia son eternos. Viene a conducirnos a Dios. Él nos presenta la gracia de Dios, pero también nosotros podemos rechazarla y a si pasa muchas veces. Él es inocente, sin pecado, se ha hecho pecado como dice Isaías. Hemos aclamado a Jesus su ternura hacia los pecadores, su misericordia, su bondad que le lleva a caminar con rectitud. ¡Ojalá que nosotros respondamos con fidelidad a Dios!
Él ha querido llamarnos a todos a formar parte de la barca que es la Iglesia y a esa barca se entra por el bautismo, representado por los ocho familiares de Noe. Jesús se ha dejado matar llevando nuestros pecados, pero como tenía el Espíritu Santo ha vuelto a la vida para indicarnos que ha vencido el pecado, la muerte para nosotros. Este tiempo de gracia debemos acogerlo para dejarnos invadir por Jesus y dejemos al lado el pecado y la maldad.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 3,18-22.
Queridos hermanos:
Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
Con este Espíritu fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos -ocho personas- se salvaron cruzando las aguas.
Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Cristo Jesús Señor nuestro, que está a la derecha de Dios.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1,12-15.
En aquel tiempo el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas y los ángeles le servían.
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: -Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia.
Jesus quiso empezar su misio en el desierto, donde no hay nada en qué apoyarnos, soledad, pero también apertura a Dios. Se está como en el aire, sin apoyo. O te encuentras con Dios y lo descubres o te hundes en la desesperación. Jesus comía miel silvestre, chapules, se vestía con pieles de animales.
En el desierto tiene que enfrentar al demonio que quiere apartarlo de Dios y le presenta los criterios de vivir feliz. Su base está en la oración continua.
Di que estas piedras se conviertan en panes, así le insinúa el demonio, pero Jesus pone a Dios: no solo de pan vive el hombre sin de toda palabra, del amor que sale de la boca de Dios.
Tírate del pináculo del templo, no te pasará nada al caer, Dios hará milagros. Jesús ha venido a salvar no por los milagros sino abrazándose a la cruz, pasando por uno de tantos, sin buscar glorias humanas.
Todo esto, el mundo con sus riquezas, te daré si te pones de rodillas y me adoras. Al Señor tu Dios adoraras y a Él solo servirás. Solo Dios por encima de todo.
También el demonio nos tienta para apartarnos de Dios. También nosotros debemos escoger aquello en que está la vida la felicidad. El mundo nos ofrece dinero, fama, honores, diversiones, sexos, riquezas y nos atraen, pero ¿dónde está la felicidad que nos da Dios? Mucha gente al escuchar al demonio, después se deja seducir por el pecado y viene la angustia, la desesperación, el egoísmo, la violencia, la maldad y todo eso nos lleva a la desesperación. Agarrados a Jesus podemos vencer la maldad y alabar para siempre a Dios que nos ha salvado.
Para la oración de los fieles
- Por la comunidad de creyentes en Jesús, para que, en medio del desierto de la vida, sea capaz de animar la esperanza de las personas en conseguir la plena liberación. Oremos.
- Por toda la comunidad humana, para que en medio de sus egoísmos, injusticias e insolidaridades sepa escuchar y poner en marcha los mensajes de liberación que se siguen pronunciando en nuestro mundo. Oremos.
- Por los que sufren en su carne el azote del hambre, el paro, la violencia, la injusticia, la explotación, para que renazca su esperanza al encontrar personas que les apoyen y luchen por sus derechos. Oremos.
- Por los creyentes, para que nuestra condición de bautizados nos haga vivir una nueva forma de vida, como hijos de un Dios de Vida y de vivos. Oremos.
- Por nuestra comunidad, para que se esfuerce en construir una sociedad cada día más fraterna y esperanzada. Oremos.
Oración comunitaria
Dios, Padre nuestro: al comenzar esta Cuaresma te pedimos nos ayudes a empeñarnos en una auténtica conversión de nuestros corazones y nuestra vida personal y comunitaria, a la vez que nos esforzamos por transformar nuestra familia, nuestra sociedad, el mundo. Por Jesucristo nuestro Señor.
P. Vicente Pérez.
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