Cristo Rey
Reflexión. Cristo Rey del Universo.
Con este domingo terminamos el año litúrgico porque hemos estado celebrando los distintos misterios de Jesús, de Dios-Padre y del Espíritu Santo. Terminamos hoy aclamando a Jesús como rey
La antigüedad familiarizada con la cultura pastoril acuñó la imagen del pastor para referirse a los guías de los pueblos. Frente a los pastores que explotan el rebaño o lo dejan perecer, Dios reúne a los dispersos y los conduce a la fuente de la vida. El profeta exílico anuncia así la salvación de Dios al pueblo destruido. Jesús. Actualizó esa imagen (Jn 10,1ss).
Lectura del Profeta Ezequiel 34,11-12. 15-17.
Así dice el Señor Dios:
-Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas siguiendo su rastro.
Como un pastor sigue el rastro de su rebaño cuando se encuentra las ovejas dispersas, así seguiré yo el rastro de mis ovejas; y las libraré, sacándolas de todos los lugares donde se desperdigaron el día de los nubarrones y de la oscuridad.
Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear -oráculo del Señor Dios-.Buscaré las ovejas perdidas, haré volver las descarriadas, vendaré a las heridas, curaré a las enfermas; a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré debidamente.
En cuanto a vosotras, ovejas mías, así dice el Señor Dios:
-He aquí que yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío.
SALMO RESPONSORIAL Sal 22,1-2a. 2b-3. 5-6
R/.El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar.
R/.El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me conduce hacia fuentes tranquilas, y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
R/.El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
R/.El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor, por años sin término.
Monición segunda lectura
La historia de la salvación es también y esencialmente la historia de la liberación progresiva del hombre respecto de todo lo que lo humilla y rebaja. Sin embargo, la plenitud de la salvación solamente se obtendrá al final. Mientras tanto, nunca se debe cantar victoria, sino seguir siempre animosamente en la lucha, con la esperanza de la resurrección como remate de todo el proceso de liberación.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15,20-26a. 28.
Hermanos: Cristo ha resucitado, primicia de todos los que han muerto.
Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo como primicia; después, cuando él vuelva, todos los cristianos; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza.
Cristo tiene que reinar, hasta que Dios «haga de sus enemigos estrado de sus pies". El último enemigo aniquilado será la muerte. Al final, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo para todos.
Monición EVANGELIO
La preocupación social por el prójimo, y en concreto por el prójimo marginado, es una de las mejores señales de cualquier esperanza. El juicio de Dios está presidido por la entrega a los hermanos. Cristo es fundamentalmente nuestro prójimo.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25,31-46.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
-Cuando venga en su gloria el Hijo del Hombre y todos los ángeles con él se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones.
El separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
-Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme.
Entonces los justos le contestarán:
-Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?
Y el rey les dirá:
-Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.
Y entonces dirá a los de su izquierda: -Apartaos de mí, malditos; id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.
Entonces también éstos contestarán: -Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel y no te asistimos?
Y él replicará: -Os aseguró que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.
Y éstos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna.
En la Primera Lectura tomada del Profeta Ezequiel 34,11-12, 15-17 se nos presenta a los reyes, profetas, sacerdotes, dirigentes de Israel como que no han apostado nada en favor de las ovejas sino que las han explotado. Por eso Jesús viene en persona: yo las apacentaré, las buscaré donde se hayan escondido, las curaré. Jesús nos viene a buscar lleno de amor porque nos hemos apartado de Dios, andando por malos caminos. No nos condena pero quiere nuestra conversión. Dejémonos acariciar, enseñar, por Jesús. Dejemos que la sangre del Buen Pastor caiga sobre nosotros y nos purifique.
En la segunda lectura tomada de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios, 15 20-28 se nos presenta a Jesús resucitado que viene a reinar para que Dios ponga a los enemigos del hombre bajo sus pies. Esos enemigos son los demonios que actúan por medio del mundo malvado, la carne como signo del pecado.
En el Evangelio de San Mateo 25, 31-46Se nos presenta el juicio final donde aparecerá Cristo para rei9nar sobre los hombres, poniéndolos a unos a su derecha y a otros a su izquierda según lo que hayamos hemos en favor de mis humildes hermanos. Jesús viene como juez misericordioso que busca cómo salvar a todos sin descuidar la justicia.
(Jesús desde que nace aparece en la tierra como rey. ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Así preguntaron los magos al llegar a Jerusalén). En la cruz hay una inscripción: Jesús nazareno, rey de los judíos. Jesús es rey pero no según las categorías de este mundo. Jesús es rey porque desde que nace muestra su bondad a todos. Ha aparecido la bondad de Dios, dice san Pablo. Jesús es el que sufre la persecución de Herodes y no devuelve el mal sino que perdona. Jesús se queda en Jerusalén, ocupado en las cosas de su Padre Jesús en su vida pública va en busca de los que sufren: los cojos, ciegos, leprosos, los que se sienten abandonados de la familia y de la sociedad. Jesús es el pastor que va en busca de las ovejas perdidas y no las recrimina: así corre tras Mateo y come en su casa en medio de pecadores, ocasionando el juicio negativo de los fariseos. El que se deja lavar los pies con lágrimas de parte de María Magdalena. Jesús es el que se hospeda en casa del publicano Zaqueo: baja que hoy tengo que hospedarme en tu casa. Jesús con amor y misericordia mira a Simón después que lo había negado y le perdona sin ninguna discriminación Jesús es el que promete el reino al buen ladrón.
En el calvario hay tres cruces- Una es para el ladrón que ha reconocido en Jesús al salvador que estás rostro por los dolores. Escucha lo que está rezando el ladrón: «Acuérdate de mí, cuando estés en tu "reino"». Ahí tienes, Pilatos. Este hombre ha entendido. -«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Otro ladrón es Jesús que roba los corazones perdonando a todos: Hoy estarás con migo en el paraíso. Un tercer ladrón que sigue renegado y muere desesperado, si fe ni confianza.
Jesús se siente alistado y se queja: -«Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» El reino de Jesús no es un camino de rosas. Al revés, «reinar» significa «servir». El modelo es «el siervo de Yahveh».
-«Tengo sed». Tener sed significa preocuparse por los demás».
-«Todo se ha cumplido». Una cualidad básica del «reino de la verdad», es terminar las cosas. Sobre todo, no se puede, «servir a Dios y al diablo».
-«En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu». ¿Jesús? No «el rey de los judíos», sino el rey de todos los que buscan la «verdad, la santidad y la gracia, la justicia, el amor y la paz».
Jesús se dejará coronar de espinas, dejará que las burlas caigan sobre él, que le azoten, que le claven en la cruz y Jesús perdona a los que no saben lo que hacen. Mi reino no es de este mundo, dijo a Pilato. No se ve en nuestras sociedades estas aptitudes. Se ve lo contrario.
¿Sientes que Jesús te ama y tiene compasión de ti cuando estás enfermo, deprimido, burlado, insultado, despreciado? ¿Sientes que Jesús te busca y te atrae cuando el pecado se quiere introducirse en tu corazón? ¿Has aceptado a Jesús que te reconduzca por el camino del reino de Dios, dejándote transformar por Él? ¿Sientes que Jesús te perdona porque no sabes bien lo que haces o te rebelas y rechazas a Jesús? Jesús es tu rey porque te ama, te perdona, te ilumina dentro de ti como a Pablo, ¿dejas que estas acciones de Jesús calen en tu corazón y te conviertes a Jesús, lo aceptas como tú Señor?
Cuando uno ha sentido el amor de Jesús en sus vidas, siente la necesidad de dar ese amor a los demás. Por eso no es de extrañar que Jesús nos pregunte si hemos dado de comer, beber, vestir al pobre, si lo hemos visitado cuando estaba en la cárcel, en la enfermedad. Lo que hayamos hecho con ellos, Jesús lo considera como hecho a Él y por eso oigamos de Jesús que nos dice: entra en el gozo de tu Señor. Si, en cambio, hemos sido egoístas y nos hemos quedado con los brazos cruzados, Jesús no nos reconocerá como sus discípulos: vayan al fuego eterno, preparado para el demonio y sus ángeles.
Hoy Jesús está en la asamblea litúrgica como rey y Señor nuestro que nos da su Cuerpo y su Sangre para salvarnos. Hoy está en la asamblea para llamarnos a una vida nueva. ¡Dichosos nosotros si al recibir su Palabra, su Cuerpo y su Sangre dejamos que Cristo transforme nuestra vida! Venga a nosotros tu reino. No dejemos que el pecado nos domine. Sea Cristo el Señor y Mesías que está con nosotros y nos acompaña.
Para la oración de los fieles:
Por la Iglesia de Jesús, para que siga siempre los pasos de aquél que no vino a ser servido sino a servir, roguemos al Señor…
-Por todos los que ejercen poder y autoridad en este mundo, para que, acepten el poder como un servicio más universal y más eficaz, roguemos al Señor…
-Para que los cristianos, entremos cada vez más en el nuevo diálogo de las religiones, roguemos al Señor…
Oración comunitaria:
Dios, Padre nuestro, que quieres que en nuestra vida nos veamos libres de toda esclavitud y que luchemos para liberar a los oprimidos, haciendo así presente tu Reino entre nosotros, te pedimos que guíes nuestros pasos para que construyamos un mundo en el que todos vivamos como hermanos, como auténticos hijos tuyos, en paz, en justicia y en libertad. Por Jesucristo.
P. Vicente Pérez.
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