Jesús, Pastor Único


Reflexión. Decimosexto Domingo del tiempo ordinario. B. 

Hacia finales del siglo sexto antes de Cristo Israel estaba gobernado por unos reyes que se aprovechaban de la gente para sus intereses. Estos reyes estaban rodeados de malos sacerdotes que vivían de los donativos del templo pero no honraban a Dios sino que ayudaban a la difusión de la idolatría. Otras personas se dedicaban para acaparar el dinero a costa de la gente humilde. En todos estos casos el pueblo del campo debía pagar todas las consecuencias, entre ellas también el destierro a Babilonia. Todos debían abandonar su tierra e ir a un pueblo extraño, a trabajar para los terratenientes. Estaban a merced de los explotadores. Jeremías 23, 2 Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel, a los pastores que pastorean a mi pueblo: Ustedes dispersaron a mis ovejas, las expulsaron, no se ocuparon de ellas; yo, en cambio, me ocuparé de ustedes y castigaré sus malas acciones –oráculo del Señor–. 3 Yo mismo reuniré el resto. 

En estas circunstancias Dios se compadece de su pueblo y escoge a un personaje para que pastoree a su pueblo. Es el profeta Ezequiel. Él, lleno de dolor al ver a su pueblo en tanta desgracia, tiene que llorar por su gente y no dejarla abandonada. Tiene aires de lamentaciones: ¡Ay de los pastores que dispersan a sus ovejas y las hacen perecer! Todos ellos son rebaño de Dios porque fueron escogidos para formar su pueblo. Dios anuncia que reunirá a estas ovejas y las hará regresar a su patria para que descubran de nuevo a Dios, lo amen y dejan sus ídolos. Les dará un pastor que las apaciente aunque tenga que dar su vida por ellos. Dios se hace presente como aquel que es nuestra justicia. 

Llega Jesús, mandado por el Padre y empieza a anunciar la llegada del reino, para reunir a las ovejas dispersas. Esas ovejas serán aquella maldita gente que no conocen la ley (Juan 7, 49). Eran los campesinos de Israel que han sido abandonados por los dirigentes de Israel y cuando llega Jesús, lo buscan porque tienen sed de Dios y quieren buscar la Palabra de Dios. Por eso Jesús manda a los apóstoles a anunciar la llegada el Reino como veíamos el domingo pasado y al regresar vienen contentos porque hasta los demonios se les sometían y Jesús quiere llevar a los apóstoles a un lugar tranquilo para descansar pero esa gente hambrienta de Dios lo buscan. Entonces Jesús expresa la lastima hacia esa gente porque están como ovejas sin pastor y en medio de su cansancio les enseña la Buena Noticia del reino. 

La Palabra de este evangelio es muy fuerte porque hay personas que se hacen dirigentes sociales. Son los falsos pastores que apartan a las gentes de Dios y las destruyen en su corazón. Se las arreglan para poner prostíbulos de manera que esas mujeres ganen unos centavos a base de destruir su dignidad humana, romper su posibilidad de formar un matrimonio para siempre donde reine el amor. Y esos hombres que utilizan a esas mujeres para un placer sin vida, sin amor. ¡Ay de esas personas! Tendrán que dar cuenta a Dios de sus maldades. Es una de las idolatrías que apartan de Dios a la gente y destruyen su integridad moral. 

Hay otras personas que tienen casas para que en medio de bailes, tragos, drogas la gente pierda su dignidad e incluso se llegue a la pelea y hasta la muerte. Todo esto haciendo unos negocios inmorales porque junto al vicio está la dependencia de la persona a estos vicios. Esos pastores del trago, de la droga serán juzgados fuertemente por el Señor y no se escaparan. ¡Maldito el dinero, fruto de estos vicios y de llevar a la perversión social! 

Hay personas que se dejan arrastrar por la codicia el dinero y se aprovechan de los trabajadores. Personas que no pagan el justo salario a sus trabajadores, que después lo malgastan en vicios, en viajes de paseo, incluso fuera del país y mientras a unos les sobra, a otros les falta aún lo necesario para vivir. Santiago 4 13 Vamos ahora con los que hablan así: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero. 14 ¿Qué saben del mañana?, ¿qué es su vida? Ustedes son como una neblina que aparece un rato y enseguida desaparece. 

Hay otros que no les importa matar para sacar dinero. Hablemos de sicarios para quienes la vida no tiene valor. Hablemos de abortistas donde matar es un derecho para vivir tranquilo sin que te moleste tu hijo. La vida es sagrada y es de Dios. Él nos ha enviado a su Hijo Jesucristo que es el verdadero pastor que nos guía, que da la vida por nosotros porque nos ama. Yo soy el buen pastor que da la vida por sus ovejas. Jesús nos une a Dios y nos une a los demás en fraternidad. Él ha venido a reunir a las ovejas dispersas, a cargarnos sobre sus hombros en la cruz y hacer de nosotros un pueblo bien dispuesto, dedicado a las buenas obras. 

Esos falsos pastores se tapan que unas ideas falsas, para justificarse. Sólo Dios es la verdad y solo la comprenderemos cuando seamos sinceros con Dios. Las ideologías que difunden a través de muchas redes sociales solamente nos arrastran a la muerte de nosotros y de los demás. 

Queremos tapar todo esto con unas limosnas que dan para que no les duela la conciencia y presentarnos en las fiestas para decir que somos personas honradas aun cuando en el fondo del corazón estamos lejos de Dios. 

Hoy el Señor nos manda reconocer al Señor que nos ha mandado a su Hijo Jesucristo para ser Señor de nuestras vidas. Jesucristo es el Pastor enviado por Dios que nos busca pero ¡Ay de nosotros si nos alejamos de Dios y lo rechazamos! Dios respeta nuestra libertad porque quiere que los pecadores se arrepientan de sus pecados y se salven pero llegará un tiempo en que nosotros hayamos rechazado a Dios y seremos juzgados. 

Por otra parte en la segunda lectura tomada de Efesios 2, 13-18 se nos habla de la reconciliación que Jesús ha hecho en la cruz entre judíos y gentiles para formar su cuerpo. Los que antes estábamos separados por el pecado, Jesús nos reúne de manera que entre nosotros se superen las divergencias, fruto de nuestros odios. Jesús en la cruz ha estado con los brazos abiertos para indicarnos que nos reúne a todos y al mismo tiempo nos reúne con Dios. 

Lecturas de este domingo 16 del año:
  • Jeremías 23, 1-6
  • Salmo 22, 1-6
  • Efesios 2, 13.18
  • Marcos 6,30-34
 
P. Vicente Pérez.

Comentarios

Entradas populares